Cuando vino esta pareja a visitarnos, resultó que a Gustavo lo conocíamos, una familia que trabaja a menudo con nosotros dejándonos sus mejores momentos en nuestras manos, pero a Steven no lo conocíamos, el trataba de entender nuestro idioma y se las apañaba de la mejor manera, cuando tomó confianza con el castellano y comenzó a hablar y fuimos compartiendo, descubrimos una persona muy cariñosa, de esas que te dan ganas de abrazar constantemente. Muy tierno y simpático que combina con la timidez y dulzura de Gustavo.
El amor que demuestran en cada movimiento es lo que nuestro ojo a través del objetivo pudo captar y dejarlo grabado para siempre.